Devocional | El Celo de Dios

(Josué 24:19 Él es Dios Celoso) Pensar en el celo de Dios, es para muchos algo difícil de concebir. En primer lugar, se piensa que el celo seria una mancha, o defecto en el carácter de Dios. Es importante afirmar nuevamente que: “Dios no es como los hombres” (Num. 23:19), Por consecuencia no deberíamos definir su celo partiendo de cómo es el celo humano, sino más bien del Carácter Santo de Dios. (Josué 24:19 No podréis servir al SEÑOR, porque El es Dios santo, El es Dios celoso) Santo significa que Él es distinto a su creación, separado y sin relación con el pecado, por esto podemos hablar del Celo Santo de Dios. Su celo no es pecaminoso, porque él no tiene relación con el pecado. Mientras que el celo del hombre está dominado por su naturaleza pecaminosa, este se torna en un celo vicioso, lleno de envidia, manipulador y controlador, lleno de toda clase de maldad.

Pero ¿qué significa que Dios es Celoso? Significa que Él cuida y protege la relación con su pueblo y exige de aquellos a quienes ha amado y redimido total y absoluta lealtad, y que vindicará su exigencia mediante acción rigurosa contra ellos si traicionan su amor con infidelidad (Éxodo 34:14 Pues no adorarás a ningún otro dios, ya que el Señor, cuyo nombre es Celoso, es Dios celoso). En toda la escritura tenemos referencias del Celo de Dios. En el Pentateuco (Num. 25:11; Deú. 4:24;), En los libros Históricos (Josué 24:19, 1Rey 14:22), En los profetas (Eze. 39:25, Nah 1:2) En el N.T (1Cor 10:22, Sant 4:5)

El Celo de Dios exige que nosotros también seamos celosos en nuestra relación con Él, poseyendo así un deseo por agradarlo, hacer su voluntad y proclamar su gloria al mundo. Del mismo modo el Celo de Dios es una amenaza contra aquellos que no tienen celo por Él. Esta ausencia de Celo por Dios es una muestra de nuestra rebelión contra él y evidencia clara de un corazón perdido en el pecado. ¿Tienes celo por Dios? De no ser así estas pecando contra Dios, y esto merece castigo. Sin embargo, Dios envío a su Hijo a morir por nuestros pecados y nos llama al arrepentimiento, para que encontremos libertad de la esclavitud del pecado en Jesucristo. Él ha prometido darnos un nuevo corazón para amarlo y poner su Espíritu en nosotros para que le obedezcamos (Ezeq 36:26-28).

Cree en Jesús, él puede salvarte de la ira venidera y de una muerte eterna y segura. Que el Celo de Dios sea un deleite día a día en tu vida donde puedas conocer su amor y protección, esto será mucho mejor que conocer su Celo en su ira y destrucción, por tu falta de fe en Cristo y tu ausencia de arrepentimiento. (Rom 2:5)

“Dios no es como los hombres” Por consecuencia no deberíamos definir su celo partiendo de cómo es el celo humano, sino más bien del Carácter Santo de Dios.

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