Día 17 | Devocionales en el libro de Rut
La Gracia de Dios dada a los inmerecedores
Rut 2:1-13
Rut, una mujer moabita, extranjera y sin derechos sobre las bendiciones de Israel, llega al campo del pariente de Noemí para trabajar y ganar algo para su sustento. Dios en su bondadosa providencia permite que sea recibida por Booz, el cual extiende su ayuda en un acto de gracia hacia ella, para otorgarle bendiciones que no merece. Booz le concede más que lo que su trabajo le habría asegurado, mostrándole así amabilidad y generosidad.
Este acto de bondad refleja el corazón de Dios: un favor inmerecido hacia aquellos que no lo buscan ni lo merecen. Así como Rut fue favorecida por Booz, nosotros somos favorecidos por la gracia de Dios a través de Jesucristo quien es nuestro verdadero pariente redentor, quien nos ofrece su amor y misericordia sin que podamos ganarlo y merecerlo.
Meditación:
La gracia de Dios es el favor que el Señor otorga ha aquellos que no tienen mérito propio para recibirlo, a los cuales no se le demanda ninguna compensación. Al igual que Rut, somos recipientes de una gracia inmerecida que nos ofrece todo lo que necesitamos, desde lo físico hasta lo espiritual. Esta gracia no es solo un acto de favor, sino la manifestación del amor de Dios por su pueblo. En Cristo, hemos sido perdonados, salvados de la ira de Dios, reconciliados con él y se nos ha concedido vida eterna… Todo esto por pura gracia De Dios. (Efesios 2:8-10)
Oración:
Gracias, Señor, por tu gracia inmerecida. Ayúdame a comprender la profundidad de tu amor y reconocer que no hay nada en mi que me haga digno de tus bendiciones y de tu salvación… Dame un corazón que aprecie esta gracia y celebre con alabanzas tu amor incondicional en Cristo. Amén.
La gracia no es solo un acto de favor, sino la manifestación del amor de Dios por su pueblo.
IBSG Tuit