Día 12 | Devocionales en el Carta de Efesios
¡Qué Gloriosa Herencia!
Efesios 1:18 … y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.”
Pablo, eleva una profunda oración para que los creyentes comprendan verdaderamente la magnitud de lo que han recibido en Cristo. No se conforma con que conozcan la superficie de su fe, sino que anhela que experimenten una revelación interna de las “riquezas de la gloria de su herencia en los santos” (Efesios 1:18b).
Cuando pensamos en una herencia, a menudo vienen a nuestra mente bienes materiales, propiedades o dinero. Sin embargo, Pablo nos invita a trascender esa visión limitada. La herencia de la que habla no puede medirse con estándares terrenales. No son riquezas que se corroen, se devalúan o que pueden ser robadas. ¡Al contrario! Es una posesión eterna, de un valor incalculable y que supera cualquier concepto humano de riqueza.
Esta herencia gloriosa está reservada para los santos, es decir, para aquellos que han sido apartados y hechos santos por medio de la fe en Jesucristo. No es algo que ganamos por méritos propios, sino un regalo inmerecido que recibimos por gracia.
Meditación:
¿Vives cada día consciente de la herencia que te espera? ¿Valorás más las riquezas de Dios que las del mundo? Recuerda que tienes una herencia eterna en Cristo. No pongas tu corazón en las cosas pasajeras. Vive con la mirada en lo eterno, sabiendo que te espera una gloria incomparable.
Oración:
Padre, gracias por hacerme heredero de una gloria que no merezco. Ayudame a valorar más lo eterno que lo temporal, y a vivir cada día como quien tiene un tesoro en el cielo. Amén.
No pongas tu corazón en las cosas pasajeras. Vive con la mirada en lo eterno, sabiendo que te espera una gloria incomparable.
