Devocional Libro de Rut | La Providencia de Dios en los detalles

Día 9 | Devocionales en el libro de Rut

La Providencia en los Detalles

Rut 1:22. Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.

Rut y Noemí llegan a Belén al comienzo de la cosecha de cebada. No es casualidad. Casualidad es una palabra que pretende dejar las cosas al azar. Suena más a una palabra impía, que a una palabra piadosa que reconozca a Dios en su perfecta providencia. El está preparando el camino para su redención. Lo que parece un simple dato histórico es en realidad un recordatorio de que Dios cuida cada detalle. Ha llevado a Noemí y a Rut al lugar y el tiempo perfecto. Claramente el comienzo de la cosecha, evidencia que Dios ha traído su bendición a la tierra y que estas mujeres serán provistas por él. 

A menudo esperamos ver la mano de Dios en grandes milagros, pero él también se mueve en las circunstancias cotidianas. La llegada en el tiempo de cosecha es un símbolo de la restauración que Dios traerá a sus vidas. Así también, en nuestra vida, Dios abre puertas y alinea circunstancias para cumplir su voluntad.

Meditación:
En medio de un mundo tan secularizado, nos hemos acostumbrado a vivir de manera descuidada sin reconocer que todo es obra de la soberana providencia de Dios. Dios está interviniendo y proveyendo todos los medios necesarios para que sus planes se cumplan.

¿Reconoces que todo es obra de Dios o casualidad? Es fácil pecar contra el Señor e imposible adorarlo, vivir por fe y con gozo si pensamos que todo lo que ocurre es solo cuestión del destino…. Solo podemos adorar a Dios si estamos de acuerdo con la verdad de que el gobierna soberana y providencialmente este mundo. ¿Puedes ver ahora la providencia de Dios en tu vida, aún en los detalles más insignificantes?

Oración:
Señor, abre mis ojos para ver tu mano guiando cada aspecto de mi vida. Enséñame a confiar en tu perfecta providencia y perdona mi impiedad. Nada es casualidad, eres Tú, y siempre serás Tú quien me cuida y provee los medios y recursos para llevar a cabo tus planes en mí. Amén.

Es fácil pecar contra el Señor e imposible adorarlo, vivir por fe y con gozo si pensamos que todo lo que ocurre es solo cuestión del destino.

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