Día 22 | Devocionales en el libro de Rut
La humildad de una mujer de Dios
Rut 2:1-23
Rut una mujer marcada por la tragedia y ahora bajo el cuidado del Señor, es una mujer que refleja un corazón humilde en cada paso que da. Desde el inicio, reconoce su condición vulnerable como viuda y extranjera, y no reclama derechos ni exige privilegios. En lugar de actuar con arrogancia, pide permiso para espigar detrás de los segadores (Rut 2:7). Cuando Booz, movido por su piedad, le muestra favor y le ofrece protección, Rut responde con gratitud y humildad: “¿Por qué he hallado gracia en tus ojos, para que me reconozcas, siendo yo extranjera?” (Rut 2:10).
Rut no menosprecia la ayuda ni la considera una ofensa a su dignidad. Al contrario, reconoce con sinceridad que no merece el favor que está recibiendo. Este corazón humilde y agradecido es una muestra de su fe en el Dios de Israel, bajo cuyas alas había venido a refugiarse (Rut 2:12). La humildad de Rut no la debilita, la engrandece. No ve la ayuda como una amenaza a su valor como mujer, sino como una provisión divina en medio de su necesidad.
En un mundo donde la autosuficiencia y el orgullo se exaltan, la humildad bíblica se presenta como una virtud preciosa a los ojos de Dios. Vivimos en tiempos donde las ideologías humanas rechazan el diseño divino para el hombre y la mujer. Rut nos recuerda que la verdadera grandeza se encuentra en someterse con humildad al plan de Dios y aceptar con gratitud su provisión. Rut no lucha por una independencia arrogante ni desprecia el cuidado de Booz; más bien, muestra una feminidad bíblica que honra a Dios, recibe con gratitud y confía en Su provisión. Esta actitud humilde encuentra su máxima expresión en Cristo, quien, siendo Dios, se humilló para servirnos y salvarnos (Filipenses 2:5-8)
Meditación:
¿Eres humilde…? ¿Posees la humildad que Dios aprecia? La humildad de Rut es un ejemplo de feminidad bíblica que da Gloria a Dios. En un mundo que exalta el orgullo y la autosuficiencia, necesitamos mujeres que abracen con gozo el diseño de Dios. La verdadera grandeza está en la humildad de un corazón que ve su necesidad y se aferra al Señor para recibir con gratitud, gozo y contentamiento la provisión de Dios.
Rut nos recuerda que la verdadera grandeza se encuentra en someterse con humildad al plan de Dios y aceptar con gratitud su provisión.
IBSG Tuit